Compañero del alma, compañero

Ayer nos dejaba por sorpresa Ramiro Madrazo. Nunca se está preparado para asumir este tipo de noticias y más cuando se trata de una persona joven con un futuro por delante. 

En mi mente se agolpan los versos de Miguel Hernández, “Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo”.

Ramiro era deportista. Desde que comenzó a practicar atletismo se unió al club Amigos del Deporte con el que actualmente tenía licencia federativa por la Federación Cántabra de Atletismo. Dicen que siempre se van los mejores y en este caso el axioma no puede ser más acertado. Extrovertido, alegre, amigo de sus amigos, con la sonrisa en los labios y siempre sumando. 

Desde aquí le enviamos toda la fuerza del mundo a su familia, en especial a su esposa Verónica y a su hijo Aimar, con la estrofa final de la elegía de Miguel Hernández, “A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero”. 


Pedro Aboitiz